Además de lucir en cualquier ambiente, los terrarios funcionan como invernaderos en miniatura que hacen que las plantas no requieran muchos cuidados.
La regla general dice que hay que elegir plantas que tengan características similares y que crezcan bien juntas. Las más utilizadas son los helechos, el musgo, las suculentas y los cactus. Siempre es aconsejable escoger plantas que no vayan a crecer por encima del recipiente del terrario. Del mismo modo, serán mejores aquellas que prefieran la sombra y toleren altas temperaturas y niveles humedad.
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Con respecto al recipiente, este puede ser de plástico o de vidrio. Lo más importante es que sea lo suficientemente profundo como para contener las raíces.
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