Linda Miller Nicholson reimagina los gustos de los clásicos moñitos, ravioles y tortellinis de la manera más colorida. Ella elabora la variedad de deliciosas pastas arcoiris desde cero y utiliza ingredientes a base de plantas para transformar la masa en un espectro completo de tonos no convencionales.
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El resultado, junto con la inclinación de Nicholson por los patrones, es una pasta que parece casi demasiado buena para comer. Están bellamente arreglados y son tan vibrantes que funcionan como obras de arte.
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¿Cómo hace Nicholson que su pasta sea tan colorida? Es gracias a los tonos que se encuentran en la naturaleza; las flores de mariposa guisante dan a la masa un tono azul mientras que las remolachas la vuelven púrpura. La cúrcuma y el perejil hacen que la pasta parezca amarilla y verde, respectivamente.
Para crear su colección de patrones complejos, usa herramientas especiales, algunas de las cuales desarrolló ella misma, y capas de colores y texturas. Eventualmente, son aplastados y luego enrollados, retorcidos o rellenos en sus formas deseadas.
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