Históricamente la vivienda fue símbolo de poder y prestigio, desde palacios y castillos de la época medieval, hasta las grandes mansiones en la era industrial. Siempre hubo alternativas y personas que eligieron otras formas de vida, incluso en tiempos de crisis económica o como forma de repensar el hogar. Por eso, las Tiny House comienzan a asentarse en Argentina.
Haciendo un poco de historia, la tendencia se originó en Estados Unidos y algunos países de Europa, en los años ochenta.
En 2005, tras el huracán Katrina, Marianne Cusato desarrolló las cabañas Catrina, de poco menos de 30 m2, representando una alternativa para los remolques FEMA.
Las cabañas de Marianne fueron diseñadas para brindar una solución agradable en una zona de desastre. Pero también despertaron un interés mucho más amplio en constructores de todo el mundo.
Varios actores comprendieron que el modelo de vida de una vivienda de construcción tradicional requiere una forma de vida que se debe adaptar a sostenerla. En muchos casos, el esfuerzo es desproporcionado o se hace cuesta arriba para aquellos que priorizan la libertad y el tiempo libre.
Las Tiny House representan soluciones múltiples habitacionales. Funcionan como adición a la casa principal para generar ingresos con el alquiler. Como vivienda para personas mayores que deciden ajustar su espacio. Como lugar para albergar huéspedes o familiares y amigos que están de paso. O bien como oficina, estudio o casa de fin de semana o vacaciones.
Actualmente, en Chile, Uruguay y Argentina se están desarrollando varios proyectos basados en el modelo de Tiny House como medio alternativo de vivienda, ya sea para ocupación permanente, por sus beneficios en cuanto al ahorro económico y de recursos, como así también en el caso de viviendas alternativas en sitios turísticos o como proyectos de inversión.
En Argentina tenemos actualmente el proyecto Sustentic House, liderado por Mariano Conde y Hernán Busquets, de amplia experiencia en la construcción de viviendas con materiales nobles y en entornos naturales de la Patagonia.
Esta propuesta está basada en tres pilares fundamentales, Sustentabilidad, minimalismo y movilidad.
TINY HOUSE: DISEÑO Y SUSTENTABILIDAD
Sustentabilidad aplicada a los procesos constructivos y a los materiales utilizados, para estar en armonía constante con el ambiente y generar un impacto positivo en el ecosistema que nos rodea.
Además, el consumo de recursos y la eficiencia energética de las Tiny House es ampliamente superior al de la construcción tradicional.
Minimalismo como un estilo de vida basado en elegir cubrir nuestras necesidades de forma consciente y medida. Esto implica elegir un consumo medido de cada recurso, ya sea la alimentación, la vestimenta o el uso racional de los objetos elegidos para el funcionamiento diario, como así también el espacio habitable que ocupamos.
Las Tiny House cumplen perfectamente las condiciones minimalistas, ya que cada espacio está ampliamente pensado y diseñado para ocuparse de forma eficiente, con un ajuste preciso de las superficies habitables.
Movilidad, ya que las Tiny House están diseñadas para transportar a cualquier sitio, mediante una estructura de hierro con ejes y ruedas.
Un terreno cercano a la playa, al borde de un lago, en la montaña o quizá en la ciudad. Se puede elegir donde plantar la Tiny House, y si las condiciones de vida cambian, se mueve sin mayores inconvenientes.
“Las necesidades de las nuevas generaciones y la manera de pensar el hogar son muy diferentes a épocas anteriores. Se ve claramente que ya no se buscan casas de grandes dimensiones.
Esta situación, más el aumento de conciencia de la población joven (naturaleza, sustentabilidad y apreciación del entorno), nos lleva a buscar y aprovechar los beneficios de un modelo que llegó para quedarse y evolucionar tanto como pueda” amplia Mariano Conde.