Fotografía|House Addictive
La casa de Sarah Jessica Parker en Nueva York está a la venta y no es cualquier propiedad. Se trata de un auténtico brownstone de 1864, ubicado en uno de los barrios más encantadores y deseados de Manhattan: Greenwich Village.
La propiedad, valuada en nada menos que USD 29.995.000, es un reflejo de la sofisticación, el legado histórico y el estilo inconfundible de la actriz de Sex and the City.
UN ÍCONO EN GREENWICH VILLAGE
Greenwich Village es sinónimo de historia, arte y contracultura. En sus calles adoquinadas convivieron movimientos bohemios, poetas, músicos y activistas desde la década del 60.
Hoy, mantiene su espíritu auténtico a pesar del crecimiento inmobiliario, y la casa de Sarah Jessica Parker se presenta como una joya que rinde homenaje a ese pasado mientras redefine el lujo moderno.
El brownstone está rodeado de árboles frondosos, jardines privados y edificios de ladrillo rojo que evocan el alma más pura de Manhattan.
Es el tipo de lugar donde cada fachada cuenta una historia, y donde la arquitectura histórica convive en armonía con una vida urbana sofisticada.
LA CASA DE SARAH JESSICA PARKER: UNA JOYA CON DETALLES QUE DESLUMBRAN
Esta impresionante vivienda ofrece más de 600 metros cuadrados. Cuenta con seis habitaciones, siete chimeneas funcionales, baños de mármol, techos altos y una cocina de ensueño con terminaciones de primer nivel.
La entrada principal conserva el diseño original del siglo XIX, con una puerta majestuosa que da paso a un interior donde la calidez del hogar se combina con una elegancia sin ostentación.
Todo el lugar respira buen gusto, desde los pisos de madera maciza hasta la paleta de colores suaves que recorre los ambientes.
Uno de los mayores encantos es su jardín privado, un verdadero oasis en medio de la ciudad. Ideal para desayunos tranquilos, lecturas al aire libre o eventos íntimos, este espacio verde es una rareza en Manhattan y un punto fuerte para cualquier comprador potencial.
UNA CASA CON HISTORIA Y CELEBRIDAD
La casa de Sarah Jessica Parker no solo impresiona por su arquitectura y ubicación, sino también por su valor simbólico.
Durante años, fue el refugio compartido por la actriz y su esposo, el actor Matthew Broderick. Allí criaron a sus hijos, alejados de los flashes del espectáculo, y construyeron una vida familiar con raíces neoyorquinas profundas.
Sarah Jessica Parker, símbolo indiscutido de la moda y embajadora del estilo de vida neoyorquino, convirtió esta propiedad en una extensión de su identidad.
Cada ambiente está impregnado de una estética sobria, chic y funcional, alejada del exceso pero llena de carácter.
Los livings, amplios y luminosos, integran muebles de diseño contemporáneo con piezas vintage seleccionadas.
Los ventanales enmarcan vistas al jardín o a las calles arboladas del Village, y las chimeneas invitan a imaginar tardes de invierno frente al fuego.
