Por | Lez Arquitetura| Fotografía | Júlia Tótoli
Los propietarios del Departamento Taquinho adoran Brasilia y encontraron un excelente lugar en una de las primeras supermanzanas construidas en la ciudad modernista.
Con un piso de parquet de madera original, grandes ventanales y techos generosos, el departamento tenía un potencial inminente.
Aunque, necesitaba una buena renovación con la reorganización de los flujos y las divisiones de las habitaciones para adaptarse a las nuevas necesidades de la familia.
Como a menudo reciben visitas, los residentes necesitaban un área social grande que pudiera reunir a familiares y amigos. El punto de partida fue la integración de la sala de estar con el comedor y la cocina mediante la demolición del muro principal, transformando toda la zona en un solo espacio.
La encimera de granito permite la comunicación entre habitaciones y responde a la dinámica de la familia. La encimera central soporta el banco suspendido rematado con baldosas hidráulicas azules que sirve de asiento para la mesa de comedor, diseñada para albergar hasta 12 personas. Asimismo, la lavandería se reubicó y permitió que la cocina creciera aún más.
La cultura del nordeste brasileño también fue considerada en el proyecto. Se buscó crear relaciones entre estas diferentes regiones a través de acabados, elementos de decoración y mobiliario. Además, se priorizaron los materiales artesanales y naturales, creando un ambiente acogedor de “casa” dentro de un departamento.
Durante la reconstrucción se ejecutaron bancos de hormigón visto, tanto en la sala como en el baño. Que recibió una pintura en color morado “açaí” que contrasta con el piso negro, gris y blanco.
DEPARTAMENTO TAQUINHO SE CARACTERIZA POR EL VALOR DEL HORMIGÓN
La losa existente se trabajó y recibió un acabado de hormigón para ser un elemento característico del proyecto, contrastando con los muros que en su mayoría están cubiertos con elementos blancos como textura cruda, ladrillo y pintura. El suelo de parquet original se revitalizó, aportando calidez al espacio.
La habitación de los niños se diseñó para cumplir varias funciones. Se proyectó la litera con acceso lateral por escalera o por rocódromo.
El cierre superior se realizó con cuerdas trenzadas manualmente. Junto a la cama hay un cofre para juguetes y un columpio capullo. Un colorido mural cuenta una historia y trae el tema de la ciudad de una manera lúdica y divertida.
Durante el encargo, los propietarios pidieron que se añadiera la sensación de resort al departamento, con espacios para estirarnos en una hamaca y relajarnos al final de la jornada.
A su vez, se llevó a cabo esta solicitud para la suite principal, que originalmente albergaba un baño grande y disfuncional. Se redujo el baño y se insertó un gran armario con una pared de espejo para reflejar el paisaje exterior.
Las ventanas se abren a la vista de las copas de los árboles. Este sentimiento inspiró a enriquecer esta relación con la vegetación.
Por lo tanto, las plantas se ubicaron en todas las habitaciones posibles y ayudaron a que el departamento fuera relajante, luminoso y acogedor.
FICHA TÉCNICA
Arquitectos: Lez Arquitetura.
Ubicación: Brasilia, Brasil.
Área proyecto: 116 metros cuadrados.
Fotografía: Júlia Tótoli.
