Por | Carlos Castanheira | Fotografía | Fernando Guerra | FG + SG
Se conoce bien la ciudad de Oporto. Se fue hasta la Fontinha, justo en el centro, y entró en una pequeña finca con un aire bucólico, como si estuviera en medio del campo, pero protegida por altos muros. Ya había una casa allí, la de sus padres. Con una torre desde la cual se podía ver toda la urbanidad de Oporto, incluso la desembocadura en el Atlántico.
En la parte agrícola, no faltaba nada. Los animales, las plantas, las frutas e incluso una pequeña producción de vino verde, registrada, la única en Oporto. Se conoció un poco más de Oporto. Algo único. Tan único que a alguien se le ocurrió clasificar las coles, los melocotoneros y los nabos. Divagaciones mediocres.
Al final del patio querían una casita. De madera. Cuando se visitó, se advirtió de que debajo de un metro de tierra vegetal habría granito. El granito duro que caracteriza a la ciudad.
Respetando las distancias, Casa de la Fontinha se eleva del suelo para no perturbar demasiado el subsuelo. Sobre una base de hormigón, una estructura de madera formada por dos Us que juntas dan a la propiedad forma de H.
La U delantera -al sur- contiene las zonas sociales: cocina, comedor y salón. La U trasera -al norte- contiene los tres dormitorios.
En el centro se encuentra el vestíbulo y, en una entreplanta, una pequeña oficina. En un pequeño sótano, la imprescindible bodega y el espacio técnico completan el programa. Cada espacio se caracteriza por su techo de madera, creando un juego de volúmenes de techo que, aunque similares, son diferentes en forma y tamaño.
En la parte delantera, dos cubiertas permiten estar fuera, pero dentro. Por otro lado, en el interior, la estructura de madera es también el acabado y el revestimiento. En el exterior, todo está revestido de cobre, dejando a la vista parte de la estructura de madera, los marcos de las ventanas y el cristal que separa y conecta el interior del exterior.
Las coles, los melocotoneros y los nabos siguen ahí, pero también hay un jardín, porque todo se transforma por la necesidad de vivir. De vivir mejor y en armonía. Se entró en Casa de la Fontinha, ya habiendo salido de Oporto. Sólo es posible con la ayuda de unos pocos y la molestia de muchos.
FICHA TÉCNICA.
Arquitectura: Carlos Castanheira.
Ubicación: Porto, Portugal.
Año: 2020.
Área: 286 metros cuadrados.
Fotografía: Fernando Guerra | FG + SG.
