Louis Vuitton, que se retiró del país en 2012, vuelve con un local pop-up planificado para recibir clientes por seis meses, hasta abril del año próximo.
Los fans de la marca podrán acceder a los icónicos bolsos, accesorios y la colección ready to wear. También, se podrá ordenar por catálogo a la casa matriz francesa los productos que no estén dentro de la oferta.
El local comercial tiene algo más de 200 metros cuadrados y se enfoca en el diseño exclusivo y la experiencia de compra. Completa esta propuesta una muestra de fotografías y posters que vislumbran la evolución del estilo publicitario que acompañó a la marca durante sus más de cien años de historia.
Vuitton contará con una novedad en el mercado local: una máquina de hot stamping que permitirá personalizar los productos. El gesto, además de involucrar a los clientes en el proceso de compra, tiene todo los condimentos para ser un éxito en Instagram: generar un sin fin de imágenes para viralizar y compartir.