Por | DalArqui | Fotografía | Leila Viegas
El proyecto de Casa Diógenes se desarrolló en dos etapas, comenzando por el área exterior. El cliente llegó con un desafío inicial: definir el mejor lugar para una nueva piscina. A partir de esta necesidad surgió la oportunidad de rediseñar todo el espacio exterior, creando un ambiente que valorara la convivencia y el contacto con la naturaleza.
El primer paso fue reubicar la piscina en un rincón más soleado del terreno, lo que permitió transformar el resto del espacio en un jardín amplio y lleno de vida. El camino que conecta la piscina fue diseñado con un trazado orgánico, brindando una experiencia más natural y agradable. La circulación fluida también era fundamental, ya que uno de los hijos de la pareja utiliza silla de ruedas.

A partir de esta reorganización espacial, se desarrolló un pérgola multifuncional que alberga un baño social, un área gourmet, un comedor y una sala de estar concebida como una “sala en el jardín”. El objetivo era crear un ambiente que dialogara con el interior del hogar, fomentando el uso cotidiano del espacio exterior, con todas sus funciones al aire libre, ofreciendo una nueva forma de habitar conectada con la naturaleza.

La transición entre el exterior y el interior fue un punto clave del proyecto. Se crearon amplias aberturas en la sala de estar, permitiendo que el pérgola y el interior se conectaran libremente.

Segunda etapa: transformación del interior. Al año siguiente se inició la reforma de los espacios interiores. La intervención abarcó la sala principal—un ambiente de usos múltiples que integra sala de estar/TV, comedor y área de piano/bar—además del vestíbulo de entrada, el estudio de música, el piso superior y las áreas frontales y laterales de la vivienda.
Para unificar visualmente los espacios, se creó una estantería metálica blanca que recorre la pared principal y se conecta con el vestíbulo, funcionando como un eje integrador del proyecto.

Para que la sala íntima resultara más acogedora bajo el doble altura, se diseñó un falso techo de madera ripada suspendida que reduce visualmente la altura. Este elemento orgánico remite al pérgola exterior, reforzando la continuidad entre los espacios.

Otra solución destacada fue la pared curva en forma de “S”, donde instalamos un jardinero suspendido con plantas nativas. De allí surgió el cariñoso apodo dado por el cliente: Casa Babilonia. El follaje crece tanto hacia arriba como hacia abajo, formando una cortina verde que atraviesa la sala.

Desafíos y soluciones
En el exterior, los principales retos fueron la instalación cuidadosa de la piscina prefabricada, la ejecución del piso orgánico con revestimiento cuadriculado y el desarrollo del pérgola estructuralmente liviano, con el mínimo de pilares para mantener la permeabilidad visual.

En el interior, la complejidad del proyecto incluyó la ejecución del jardinero suspendido, la construcción del falso techo ripado y la instalación de la estantería metálica, que exigió precisión para mantener su ligereza visual y funcionalidad.

Materiales y atmósfera
La materialidad del proyecto refuerza la conexión entre interior y exterior- Baldosas cerámicas (de diferentes formatos) en el área exterior y en el vestíbulo, creando continuidad. Ladrillo de demolición, presente en el pérgola y replicado en parte de la sala, aportando calidez al interior. Madera natural, utilizada en el pérgola, el mobiliario y el piso interior, garantizando armonía entre los elementos. Estantería metálica blanca, que añade un contraste fresco y sofisticado a la composición.

Texturas ricas, como la pintura texturizada Terracor y el enlucido blanco, que dialogan con las superficies naturales. Iluminación escénica, con predominio de luz indirecta, realzando las texturas y creando un juego dinámico de luz y sombra. Presencia vegetal, con abundante vegetación integrada al proyecto, tanto en el exterior como en el interior, que aporta frescura, movimiento y un diálogo constante con la naturaleza.
El jardinero suspendido, los jardines y la vegetación exuberante son parte esencial de la atmósfera de la propiedad.

Casa Diógenes es un ejemplo de cómo la arquitectura puede respetar la identidad original de un espacio y, al mismo tiempo, resignificar sus usos. La conexión fluida entre interior y exterior, la valorización del verde y el cuidado en la elección de materiales hicieron que la vivienda se volviera más acogedora, más vivida, más integrada y, en esencia, un verdadero hogar.
FICHA TÉCNICA
Arquitectura: DalArqui.
Ubicación: Brasil.
Año: 2024.
Área: 510 metros cuadrados.
Fotografía: Leila Viegas.

























