Revista Deck. Arquitectura, diseño y decoración.
Inicio » “A Week at the Knees”. Alex Chinneck y una obra que se integrarse al espacio público sin pedir permiso

“A Week at the Knees”. Alex Chinneck y una obra que se integrarse al espacio público sin pedir permiso

A Week at the Knees

Fotografía | @charlesemerson_
En plena Clerkenwell Design Week 2025, una fachada de ladrillos parece haberse doblado de cansancio en el histórico Charterhouse Square. Se trata de A Week at the Knees, la nueva escultura pública del artista británico Alex Chinneck, que vuelve a sorprender con una propuesta monumental que combina humor, técnica e ilusión óptica.

Esta vez, la arquitectura se pliega sobre sí misma para cuestionar lo estático, lo sólido y lo predecible.

A Week at the Knees

UN EDIFICIO QUE PARECE RESPIRAR

Con más de cinco metros de alto y trece de largo, la escultura simula una fachada tradicional de cuatro pisos que, en un gesto casi humano, se dobla para tomar asiento sobre el césped.

La imagen impacta no solo por su escala, sino también por la forma en que convive con su entorno: la textura de los ladrillos, las ventanas curvadas, los detalles arquitectónicos… todo parece sacado de un edificio real, salvo por el hecho de que se ha rendido al peso de su propia forma.

Esta intervención no se impone al espacio; lo transforma. En lugar de competir con las construcciones georgianas que la rodean, se camufla con ingenio y juega con las expectativas del transeúnte. ¿Es una ruina? ¿Un accidente? ¿Un efecto especial? Nada de eso. Es arte urbano en estado puro.

A Week at the Knees

TECNOLOGÍA, RECICLAJE Y EFECTO SORPRESA

La instalación no solo impresiona por su diseño, sino también por su estructura interna. Detrás de los 7.000 ladrillos que recubren la obra hay un armazón de acero reciclado que le da estabilidad y volumen.

Parte del material proviene de la antigua embajada de Estados Unidos en Londres, un dato que refuerza el enfoque sustentable del proyecto.

Alex Chinneck no deja lugar al azar. Cada curva, cada pliegue de esta fachada caída está calculado para generar asombro.

El visitante no solo observa, sino que interactúa: puede caminar por debajo del arco que forma la pieza, sacarse fotos o simplemente contemplar cómo lo cotidiano se vuelve extraordinario.

A Week at the Knees

UN ARTISTA QUE DESAFÍA LO COTIDIANO

Quienes siguen el trabajo de Chinneck saben que no es la primera vez que reconfigura el lenguaje de la arquitectura.

Sus obras anteriores incluyeron casas que se “derretían”, fachadas que flotaban en el aire y muros que se abrían como cremalleras. Siempre hay una intención lúdica, una voluntad de descolocar sin recurrir al artificio fácil.

Con A Week at the Knees, el artista reafirma su estilo inconfundible: transformar materiales duros en ideas flexibles.

El ladrillo, símbolo de permanencia, se convierte en un cuerpo en movimiento. La ciudad, rígida por definición, cede ante un gesto poético que interpela a quien lo mira.

UN NUEVO CAPÍTULO EN LA HISTORIA DEL DISEÑO PÚBLICO

Más allá del impacto visual, lo que hace poderosa a esta intervención es su capacidad de integrarse al espacio público sin pedir permiso.

No necesita una galería ni una explicación. Está ahí, abierta a la interpretación de cualquiera que pase por el lugar. Esa democratización del arte —tan característica de Chinneck— convierte la escultura en un verdadero hito del diseño contemporáneo.

A Week at the Knees estará en exhibición durante varias semanas y seguramente se convertirá en uno de los puntos más fotografiados de Clerkenwell Design Week.

Pero su valor va mucho más allá de la estética: es un recordatorio de que la arquitectura también puede ser blanda, juguetona, incluso empática.