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Iruya. El pueblo argentino que está colgado en la montaña

Iruya. El pueblo colgado en la montaña.

Fotos | @visitsalta
El pintoresco pueblo de Iruya, en el noroeste argentino, es conocido por su belleza geográfica. Se dice que está suspendido en la montañan, para describir su fascinante ubicación en la puna salteña. Está situado a lo largo del río Iruya a una altura cercana a los 2800 metros sobre el nivel del mar.

La cultura aborigen se cruza con la cultura hispana en este mágico lugar. Los primeros habitantes, descendientes de los Incas, se asentaron aquí a mediados del siglo XVII, pero el pueblo no fue fundado hasta 1753.

La iglesia del pueblo, Iglesia Nuestra Señora del Rosario y San Roque, fue construida en 1690. En 1995, la ciudad de Iruya fue declarada Conjunto Histórico Nacional.

Aunque Iruya forma parte de la provincia de Salta, no existe un acceso directo y permanente desde este estado. La única forma de acceder al pueblo es desde la provincia de Jujuy.

El recorrido es para valientes, pero vale la pena atravesarlo. Se llega por una ruta sin pavimentar, pasando por pueblos aislados en medio de espectaculares escenarios montañosos.

El camino suele estar muy seco, pero las tormentas de verano pueden hacer que el sea intransitable. La ruta incluye curvas en zigzag y cerradas con desniveles peligrosos. En muchos lugares, el camino está bordeado por una caída de cientos de metros desprotegida de barandas.

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Se llega al punto máximo de la ruta en Abra Del Cóndor, un paso de alta montaña a 3.942 m. Luego, el camino desciende repentinamente al pueblo de Iruya, justo sobre el límite provincial hacia Salta.

Una vez en Iruya, se puede disfrutar de la calma y tranquilidad de este poblado en el que viven poco más de 1500 habitantes.

El Mirador el Cóndor, Miradora de la Cruz, el Río Iruya, la iglesia Nuestra Señora del Rosario y San Roque, Awawa Casa de la Cultura, la pasarela peatonal y la plaza Santa Rosa Guevara, son sus principales sitios de interés.

Su casco histórico posee una interesante arquitectura colonial. Las calles de Iruya son empedradas, empinadas y angostas, y las casas están construidas con materiales como adobe, paja y piedra.