El artista Jan Vormann restaura de manera muy original diferentes edificios deteriorados alrededor del mundo, en su mayoría edificios públicos y monumentos olvidados.
Por iniciativa propia, Vormann instaló bloquecitos de LEGO en los muros que tenían espacios vacíos como una manera de rellenar y dar una nueva cara ante su deterioro.
El desgaste se presenta generalmente en esquinas o muros, generando grietas o desprendimientos de pintura.
La intervención urbana de Jan Vormann se llamó Dispactchwork y fue parte de un proyecto global que instaló legos en edificios, muros y veredas de 29 ciudades del mundo, como Barcelona, Berlín, Nueva York, Quito, San Petersburgo, Santiago, Taipéi, Tel Aviv, Toulouse, Valparaiso, Venecia, etc.
El artista recorrió durante tres años las 29 ciudades y, en cada una, se asoció a una galería de arte que era la encargada de gestionar la difusión del evento, porque en cada restauración participaron los mismos ciudadanos, quienes dejaron los edificios y monumentos con un aspecto mucho más entretenido y con colores más vivos.