Por| Luciano Kruk Arquitectos | Fotografía | Daniela Mac Adden
Geográficamente ubicada en el centro del barrio Costa Esmeralda, a trece kilómetros al norte de la ciudad marítima de Pinamar, la Casa Golf prioriza el aprovechamiento de las visuales sin que esto repercuta en la pérdida de la necesaria preservación de la intimidad de sus espacios.
El lote se implanta en la zona del barrio topográficamente más alta, lindando al frente y al contrafrente con una cancha de golf, la cual, junto con la vegetación autóctona –mayormente agreste- conforman su entorno inmediato.
Originalmente se circunscribía a un médano virgen con una pendiente que se elevaba a medida que se alejaba de la calle, el cual el Estudio propuso preservar.
La encomienda consistió en una casa de descanso que pudiera ser vivida en las cuatro estaciones del año y que no requiriese demasiado mantenimiento.
El programa debía contemplar la disposición de tres dormitorios secundarios (dos de ellos con cuarto de baño compartido y uno en suite) y uno principal, completamente independiente de los anteriores, servido por otro cuarto de baño y vinculado abiertamente con un espacio que pudiese ser vivido como estar íntimo y atelier de pintura.
Se deseaba que el lugar destinado a la pareja constituyera un reducto de calma, que se conectara visualmente con su entorno natural y estuviese estrechamente vinculado con una expansión exterior.
Este sector y el destinado a las actividades sociales debían constituir los espacios protagónicos de la vivienda. Así mismo, se manifestó la intención de preservar la vegetación nativa y de potenciar las imponentes vistas propias del lote.
La propuesta del Estudio consistió en una casa enteramente materializada en hormigón visto, material cuya noble expresión estética permitiese un respetuoso diálogo con su entorno.
La estrategia arquitectónica buscó organizar los distintos requerimientos funcionales en paquetes bien diferenciados contenidos en tres volúmenes puros, direccionados según distintas orientaciones y dispuestos a diferentes niveles.
CAMINO A LAS HABITACIONES DE CASA GOLF
El acceso y los dormitorios secundarios conformaron el volumen inferior, el cual fue, en su extremo posterior, semienterrado en el médano. Junto con una caja situada en su lado opuesto -destinada a depósito- oficiaron de apoyos del prisma que albergaría los espacios destinados a la dinámica de las actividades familiares. El tercer volumen, contenedor de la suite principal, tomó la máxima altura, gozando de la intimidad requerida por el cliente.
En relación al proyecto general se buscó el aprovechamiento de las visuales sin que esto repercutiese en la pérdida de la necesaria preservación de la intimidad de sus espacios, desafío muy propio de la arquitectura acristalada contemporánea.
El volumen visualmente más permeable sería el contenedor de las actividades de la vida social. No solo por la transparencia de su envolvente sino también por su disposición paralela a la calle.
El prisma social tomó el máximo ancho edificable y se elevó a la cota de mayor altura del médano. Esto le proveyó de un radio de vistas de 180 grados sobre la cancha de golf. Además, vistas abiertas sobre el barrio y un adecuado recogimiento respecto de la calle.
EL ESPACIO PRIVADO
Para reforzar aún más la privacidad de su espacio, se decidió forestar con pinos marítimos el sector que media entre éste y la calle. Además, se procedió a la disposición de parasoles verticales, que contribuyeron a la reducción de la incidencia del sol del oeste en su interior. Del mismo modo, los aleros horizontales lo hacen del sol vertical del norte, que cumplen el mismo rol que los parasoles del frente. El volumen superior, provisto de adecuada independencia, alcanza además -a modo de cañón- las visuales del horizonte lejano del mar.
El área social se expande, hacia el frente, por medio de una terraza-mirador. En el sentido opuesto, otra expansión (de mayores dimensiones y de carácter más privado) abre el estar-comedor hacia el exterior. El volumen de la suite la sobrevuela en su mayor parte, otorgándole protección solar y del agua de lluvia. Todas las terrazas fueron construidas en madera de quebracho. Despegadas mediante un aire de las cubiertas sobre las que se expanden, contribuyen a la reducción de la incidencia solar de los locales que cubren.
Los paramentos menos asoleados (los orientados al sudeste) se aislaron térmicamente mediante un revestimiento interior conformado por madera de kiri. El mismo recurso se empleó sobre los tabiques contra los que apoyan los respaldos de las camas. Con el fin de suavizar la aspereza del hormigón en los locales más íntimos.
Además del control solar provisto pasivamente por la propia arquitectura, éste se completó mediante el equipamiento de sistemas de acondicionamiento de aire. Se instalaron equipos de refrigeración tipo Split y de calefacción por piso radiante.
La disposición de los prismas de Casa Golf buscó configurar un artefacto-mirador compuesto por volúmenes dispuestos en torno a un eje articulador: la circulación vertical. Su entrecruzamiento, sumado al parcial soterramiento del volumen de acceso, buscó disminuir la altura y atenuar el impacto visual de la volumetría total.
FICHA TÉCNICA
Proyecto: Luciano Kruk Arquitectos.
Ubicación: Pinamar, Argentina.
Área proyecto: 274.0 metros cuadrados.
Fotografías: Daniela Mac Adden.