Por | Studio Moca + Gadex | Fotografía | Monolo R Solis
En el corazón del histórico barrio de Santiago, Casa Tamarindo se erige como un refugio íntimo y sereno que reinterpreta la vivienda yucateca desde una óptica contemporánea. Concebida sobre un terreno de tan solo 4.5 metros de frente, esta residencia demuestra que la limitación espacial puede ser el punto de partida para una propuesta arquitectónica rica en matices, luz y sensaciones.

Desde el primer gesto, el proyecto busca rendir homenaje al pasado: se conservó la fachada original como parte del tejido histórico del centro de Mérida, así como las vigas de madera de la primera crujía, que fueron restauradas e incorporadas al nuevo lenguaje arquitectónico. Esta convivencia entre lo antiguo y lo contemporáneo permite que la casa respire su historia sin renunciar a la innovación.

La distribución favorece una conexión fluida entre interior y exterior, con jardines al frente y al fondo que funcionan como extensiones naturales del espacio habitable. A través de vanos estratégicos, se propicia la ventilación cruzada, el juego de sombras y una iluminación natural que acompaña los recorridos a lo largo del día.

Los materiales locales —chukum, piedra y madera— no solo imprimen carácter y autenticidad, sino que establecen un diálogo respetuoso con el contexto. Su uso genera una atmósfera cálida y sobria, donde lo tradicional se funde sutilmente con lo contemporáneo.
La paleta de colores fue cuidadosamente seleccionada para fundirse con la arquitectura, permitiendo que esta fuera la verdadera protagonista. El interiorismo, sobrio y atemporal, fue concebido con especial atención al detalle, buscando una armonía silenciosa que acompañe la experiencia espacial sin distraerla.

Para enriquecer la percepción espacial, se hundió la sala algunos escalones por debajo del nivel principal, generando un cambio de altura que aporta intimidad y jerarquía. Esta área se abre hacia un jardín interior, donde un muro de doble altura revestido en rajuela local se convierte en el eje visual y emocional del espacio.

Casa Tamarindo responde también a una necesidad muy personal de nuestro estudio: crear arquitectura emocional, donde cada espacio sea una sorpresa. A través de secuencias espaciales cuidadosamente pensadas, cambios de escala, texturas y luz, la casa busca provocar sensaciones y despertar una conexión íntima con quien la habita.

Más que imponerse al entorno, Casa Tamarindo propone una convivencia armónica con su contexto físico, histórico y climático. Es una vivienda pensada para ser vivida en equilibrio con su paisaje natural y su memoria cultural.

FICHA TÉCNICA
Arquitectura: Studio Moca + Gadex.
Ubicación: Mérida, México.
Año: 2024.
Área: 215 metros cuadrados.
Fotografía: Monolo R Solis.