Por | Instinto Estudio | Fotografía | Álvaro Fonseca
En lo alto de una montaña en Nosara, donde el océano Pacífico se encuentra con las cordilleras que lo rodean, Casa Pistacchio emerge como un refugio para volver a lo esencial. Más que una residencia, es una experiencia íntima. Una pausa en el tiempo, un lugar para reconectar con lo que verdaderamente importa consigo mismo, con la familia, con la naturaleza.
Desde el primer instante, la propiedad respira calma. Su arquitectura, honesta y abierta, dialoga con el paisaje sin pretensiones. Deja que la brisa, la luz y los sonidos del bosque atraviesen cada espacio, invitando a la vida a suceder de manera natural. Aquí nada sobra: cada línea, textura y material ha sido elegido con intención, evocando una belleza simple, cálida y profundamente humana.
Inspirada en la arquitectura tropical y el espíritu libre del surf, Casa Pistacchio fluye como una ola suave entre interior y exterior, desdibujando los límites entre lo construido y lo natural. No impone, acompaña. Se posa con respeto sobre la topografía, abrazando el terreno para regalar perspectivas únicas a cada hora del día.
Los interiores prolongan el entorno: maderas nobles, pisos terrosos, piedras locales y cerámicas texturizadas componen una paleta cálida y orgánica. En cada detalle, desde las manijas de las puertas hasta los azulejos de la cocina, se percibe cuidado y dedicación. Un sutil verde pistacchio recorre la vivienda como un hilo conductor, aportando identidad y alma al proyecto.
La luz natural es protagonista. Por las mañanas, el sol pinta de dorado la sala. Por las tardes, el ocaso baña la terraza con tonos cálidos, creando el escenario perfecto para conversaciones, lecturas o la simple contemplación del horizonte.
La distribución favorece la convivencia y, a la vez, protege la intimidad. Hay espacios para compartir la cocina abierta, la sala fundida con la terraza, el comedor exterior bajo un cielo estrellado y rincones pensados para el silencio y la introspección. Aquí, la arquitectura no busca impresionar.
Busca acompañar la vida real las risas, las charlas largas tras la cena, los juegos improvisados, las meditaciones en soledad.
Elementos como la piscina, los jardines y la ducha exterior no son complementos, sino parte esencial de la narrativa. La piscina refleja el cielo y enmarca las vistas.
Los jardines, poblados de especies nativas, profundizan la conexión con el ecosistema local. La ducha al aire libre, rodeada de vegetación, ofrece una experiencia sensorial pura: agua, aire y tierra en equilibrio. Incluso al estar afuera, se siente como estar en propiedad.
Casa Pistacchio nació del calor de una familia que celebra la belleza en lo sencillo, que entiende el lujo como una vida consciente, conectada y auténtica.
En cada rincón hay alma, historia e intención. Cada espacio invita a disfrutar el presente, a crear memorias, a respirar despacio. Es una vivienda que acoge, que abraza, que invita a bajar el ritmo.
Una arquitectura que no necesita demasiadas palabras porque se siente. Desde el primer paso descalzo sobre sus pisos frescos hasta el último vistazo a las estrellas antes de dormir, Casa Pistacchio es una invitación a estar, a compartir, a ser.
FICHA TÉCNICA
Arquitectura: Instinto Estudio.
Ubicación: Nosara, Costa Rica.
Año: 2024.
Área: 352 metros cuadrados.
Fotografía: Álvaro Fonseca.
