Por| Cami González Fiezzoni| Lifestyle Consultant
El desfile de la temporada otoño/invierno 18 fue organizado en el centro Gucci de Milán, una antigua fábrica de aviones. La pasarela se transformó en una sala de operaciones de un cirujano, con lámparas LED blancas y sillas como las de un hospital.
Como en todos los eventos de Gucci, el diseñador Alessandro Michele dejó hipnotizados a los espectadores. Sentadas en la primera fila se encontraban Nick Cave, Susie Bick y su hijo Earl Cave, Jessica Barden y Alex Lawther, Donatella Versace, Chloë Sevigny, Rowan Blanchard, Edward Enninful y Anna Wintour.
Un ensayo escrito por Donna Haraway en 1984, titulado “Un manifiesto de Cyborg”, sirvió como la principal fuente de inspiración, y fue suficiente para una increíble alineación de 90 miradas.
Las modelos desfilaron por la pasarela con réplicas muy realistas de sus propias cabezas, mientras que otras acunaban reptiles, como una serpiente o un camaleón, e incluso llevaron un bebé dragón. Todo inspirado en la “leyenda del bebé dragón en el frasco”.
El maximalismo del diseñador italiano no muestra señales de disminuir, conforme los aplausos entusiastas de celebridades y editores por igual, todo parece indicar que el director creativo continuará reinando por una temporada más.
