Fotografía | Fran Parente | FGMF
En los últimos años, el mundo del diseño arquitectónico ha sido testigo de una tendencia que no solo sorprende por su estética, sino también por su audacia estructural: la piscina en voladizo.
Este tipo de piscina, suspendida en el aire y extendiéndose más allá de los límites tradicionales de una terraza o edificio, simboliza una nueva era de innovación, lujo y vistas imposibles.
EL DESAFÍO DE ROMPER LOS LÍMITES
Instalar una piscina en voladizo no es tarea sencilla. Este tipo de estructura requiere un preciso equilibrio entre diseño arquitectónico, ingeniería estructural y materiales de última generación.
La idea es simple, pero su ejecución, compleja: una piscina que sobresale del borde de una construcción, generalmente en altura, para dar la sensación de flotar sobre el paisaje.
Este recurso arquitectónico no solo responde a una búsqueda estética. También representa una declaración de intenciones: vivir al límite, disfrutar del entorno desde una nueva perspectiva y llevar la experiencia del agua a un lugar inexplorado.
DE LONDRES A SINGAPUR: ÍCONOS DEL DISEÑO
Una de las piscinas en voladizo más famosas del mundo es la Sky Pool de Londres. Suspendida a 35 metros del suelo y uniendo dos torres residenciales en el barrio de Nine Elms, esta piscina de acrílico transparente parece flotar sobre el cielo londinense.
La sensación de nadar literalmente en el aire ha capturado la atención mundial desde su inauguración.
Otro ícono es el Marina Bay Sands en Singapur, cuya piscina en voladizo se extiende 67 metros de largo a 200 metros de altura.
Aunque no es transparente como la de Londres, su efecto escénico es igual de impactante: desde sus bordes infinitos, se contempla toda la ciudad. Este tipo de obras transforman hoteles y residencias en destinos turísticos por sí mismos.
PISCINA EN VOLADIZO: CUANDO LA FORMA SIGUE AL PAISAJE
El concepto de piscina en voladizo también encuentra su lugar en proyectos residenciales más íntimos, donde el entorno natural cobra protagonismo.
En casas frente a acantilados, sobre colinas o mirando al océano, la piscina se convierte en una extensión del horizonte. El diseño busca desdibujar los límites entre lo construido y lo natural.
La elección de materiales juega un papel crucial. Desde cristales estructurales que permiten ver el agua desde abajo, hasta hormigones ultra resistentes que soportan grandes volúmenes en vuelo, todo está pensado para maximizar la experiencia sin comprometer la seguridad.
En muchos casos, la piscina actúa como mirador privado, sin barandas visibles y con bordes infinitos.
LUJO, EXPERIENCIA Y SENSACIÓN DE LIBERTAD
Lo que hace única a una piscina en voladizo no es solo su técnica, sino su capacidad de generar una emoción. Hay algo visceral en sumergirse en el agua sabiendo que debajo no hay suelo, sino vacío. Una sensación de libertad extrema que pocos elementos arquitectónicos logran transmitir.
El diseño no solo apunta a millonarios que buscan la última excentricidad. También refleja una evolución cultural: hoy, el lujo no se mide solo en metros cuadrados o materiales nobles, sino en experiencias únicas. Y nadar suspendido en el aire es una de ellas.