Por | Felipe Toro, Gonzalo Rufin Arquitectos | Fotografía | Pablo Casals
Los más de seis mil kilómetros de costa chilena dan lugar a playas con diversos paisajes, características e incluso temperaturas, entregando distintas opciones que se ajustan a todos los gustos. Ahí se encuentra Refugio 45.
En el caso de los amantes de un buen clima ventoso para la práctica de deportes náuticos como el windsurf y el kitesurf, no hay ninguna duda que el destino se llama “Matanzas”, una localidad ubicada en la zona central del país a tres horas en auto de Santiago, la capital del país.
Así, en medio de un sector montañoso con una vista rodeada de bosques y quebradas, se ubica el proyecto Refugio 45. A lo lejos, su figura destaca por ser tan vertical como horizontal a la vez, integrándose con el paisaje de forma singular.
Aprovechando al máximo el único espacio plano del terreno, la estructura se asienta con precisión en su entorno. Su materialidad en madera no solo le permite mimetizarse con el paisaje, sino que también lo convierte en un acogedor albergue, invitando a resguardarse de las condiciones climáticas del lugar.
La construcción se caracteriza por la repetición de un módulo que aloja tres pisos de altura y se extiende nueve veces a lo ancho, conformando 80 m2 entre espacios exteriores e interiores.
Además, gracias a un esqueleto estructural compuesto por amarres de madera y acero, el proyecto reconoce su limitada área de emplazamiento y la convierte en una ventaja para crecer en altura.
En el primer nivel, se distribuyen los espacios públicos, como la cocina, el living y el baño, en armonía con las terrazas que expanden la conexión con el entorno.
En contraste, los espacios privados se ubican en los pisos superiores, donde el dormitorio principal y un altillo destinado a huéspedes garantizan mayor intimidad y confort.
Finalmente, la envolvente de esta casa, concebida como segunda vivienda, se diseña con distintos niveles de transparencia.
Sus caras laterales quedan abiertas para enmarcar vistas horizontales despejadas hacia el bosque, mientras que un conjunto de persianas regula la conexión con el entorno, ofreciendo un cierre permeable que equilibra privacidad y paisaje.
FICHA TÉCNICA
Arquitectura: Felipe Toro, Gonzalo Rufin Arquitectos.
Ubicación: Matanzas, Chile.
Año: 2024.
Área: 80 metros cuadrados.
Fotografía: Pablo Casals.
