Fotografía | @jc____b
Proyectada por Juan Carlos Beltrán, Casa de bloques de vidrio es un refugio donde la luz esmeralda atraviesa muros translúcidos y transforma cada espacio en una experiencia sensorial.

Más que una vivienda, es un mundo en sí mismo: un lugar donde el silencio y el exceso conviven sin necesidad de explicación, creando un escenario arquitectónico único.

UN ICONO DE BLOQUES DE VIDRIO
El recurso más llamativo es el uso extensivo de bloques de vidrio en fachadas y muros interiores.
Este elemento no solo aporta identidad estética, sino que filtra la luz natural y la convierte en un resplandor verde envolvente.

Casa de bloques de vidrio se abre al exterior sin perder privacidad, generando un efecto lumínico que varía con el paso del día y las estaciones.

INTERIORES DE DISEÑO Y CALIDEZ
En el living, la monumentalidad del techo de hormigón reticulado se equilibra con revestimientos de madera cálida y mobiliario moderno.
El piso brillante, el sofá verde y la vegetación refuerzan una atmósfera cinematográfica. La biblioteca empotrada y piezas de arte completan un ambiente que demuestra cómo la sobriedad puede convivir con la intensidad.

La habitación principal es íntima y a la vez abierta. Además, la cama de plataforma baja, enmarcada en madera, se ilumina con la luz filtrada de los bloques de vidrio, mientras la vegetación exterior se integra visualmente.
El descanso se convierte en una experiencia inmersiva, en contacto directo con la naturaleza.

UNA FACHADA ESCULTÓRICA
Desde el exterior, Casa de bloques de vidrio se presenta como un volumen puro de hormigón y cristal que dialoga con el entorno verde. La entrada, rodeada de plantas tropicales, transmite la idea de un proyecto que no busca imponerse sino fundirse con el paisaje. La presencia de un automóvil clásico acentúa el aire atemporal y sofisticado.

Esta vivienda demuestra cómo los materiales pueden redefinir la percepción del espacio y cómo la arquitectura, a través de los bloques de vidrio, puede convertir una casa en un universo propio.
