Por | Canalli Arquitetura | Fotografía | Eduardo Macarios
La topografía escarpada y accidentada del terreno de 1000 metros cuadrados, la abundante vegetación, la orientación solar y el paisaje del Parque Tingui como entorno, guiaron los conceptos para esta casa de 350 metros cuadrados que se construyó en un período de tres meses.
Como no se quería causar un impacto negativo en el vecindario y en el terreno, la elección de materiales, equipo, técnicas y proceso de construcción fueron extremadamente planificados. La arquitectura de la vivienda descansa suave y delicadamente sobre el paisaje existente.
Se utilizaron trozos de madera, vidrio, mampostería y piedras existentes en el terreno. Se aplicó madera como estructura en casi toda la vivienda y su cierre es casi 100% en vidrio. Ecuación versátil desde el punto de vista de la trabajabilidad técnica y la estética final.
También, se crea una simbiosis constante simbólica de “adentro y afuera”. La vegetación es parte del escenario interno, así como Casa Tingui parece insertada en la naturaleza.
Todos los conceptos propuestos fueron bien acogidos por los propietarios. Una pareja de publicistas que transformaron su forma de vida, sus costumbres y visiones, como expresa el cliente: “Con esto la casa me hizo replantearme lo que es realmente importante para vivir bien. La elegancia de la sencillez”.
La planta abierta e integrada es un espacio sostenible para vivir, inspirar y convivir con amigos, socios y familiares colaboradores. Donde el encuentro con artistas y creativos de todo el mundo es constante.
Para una perfecta comprensión del set, se desarrolló una maqueta a escala 1:50 donde todas las piezas de madera estaban en sus verdaderas dimensiones y posiciones. Así, se realizaron cuatro pruebas con todo el equipo desde el inicio de la obra, lo que garantizó una reducción en el tiempo de ejecución, ahorro de material y ausencia de desperdicio.
FICHA TÉCNICA
Arquitectos: Canalli Arquitetura.
Ubicación: Curitiba, Brasil.
Área del proyecto: 500 metros cuadrados.
Año del proyecto: 2013.
Fotografía: Eduardo Macarios.
