Casa Vitamina no es solo una tienda y estudio de decoración: es una forma de entender la vida.
Su propósito es crear, a través de objetos con alma y carácter, espacios bonitos, reconfortantes y llenos de energía positiva —o, como ellos dicen, “vitaminizadores”— en los que disfrutar del día a día.
Porque al final, la felicidad está en lo cotidiano: en el tacto suave de las sábanas por la mañana, en el primer café del día en una vajilla especial, o en una sobremesa interminable rodeados de risas, flores y velas.
La filosofía de Casa Vitamina parte de una idea muy simple (y poderosa): rodearse de belleza mejora el estado de ánimo.
En un mundo acelerado, esta marca invita a vivir más despacio, a conectar con lo que nos rodea y a apreciar los pequeños placeres que hacen la vida más bonita. Cada producto, cada pieza, está pensada para reconfortar, inspirar y devolvernos esa sensación de hogar que tanto necesitamos.
Detrás de este proyecto está Rocío Terol Riestra, periodista y apasionada del diseño, la fotografía y los viajes.
Después de una larga trayectoria en comunicación corporativa entre Madrid, Londres y Nueva York, decidió seguir su verdadera vocación: las cosas bonitas.
Así nació Casa Vitamina, su proyecto más personal, en el que combina su amor por el diseño con una sensibilidad especial por los detalles, la artesanía y las historias humanas que hay detrás de cada objeto.
Cada pieza de Casa Vitamina es el resultado de una búsqueda consciente: se seleccionan objetos únicos, creados por artesanos y diseñadores de distintas partes del mundo —de India a Marruecos, pasando por Portugal, Francia o España— que trabajan con procesos sostenibles y materiales nobles.
La marca apuesta por lo genuino, lo artesanal y lo imperfecto, porque en esa “perfecta imperfección” es donde se encuentra la verdadera belleza. A todo esto hay que sumar que también diseñan sus propias piezas de decoración, buscando que sean objetos que perduren, que nos transporten a sitios mágicos y a la manera de hacer de siempre.
Pero Casa Vitamina no solo se preocupa por el qué, sino también por el cómo. Detrás de cada producto hay un compromiso con la sostenibilidad, las personas y el ritmo pausado.
Desde el uso de materiales reciclados para el embalaje hasta su modelo de slow delivery, la marca defiende una manera de consumir más consciente: sin prisas, sin exceso, y disfrutando de cada objeto durante años.
Además, hay algo muy especial en su forma de trabajar: la inclusión. Parte del equipo está formado por personas con discapacidad intelectual, que se encargan con mimo de preparar y envolver cada pedido.
También colaboran con talleres y centros especiales de empleo para la producción de bolsas y papelería. Porque, como dicen desde Casa Vitamina, “cada detalle importa, y cada persona también”.
En definitiva, Casa Vitamina es mucho más que una tienda de decoración con showroom en Madrid, es también un estudio de decoración con una filosofía de vida que defiende la autenticidad, la calma y la belleza imperfecta.
Una invitación a transformar lo cotidiano en algo extraordinario, a reconectar con lo esencial y a llenar nuestros espacios (y nuestros días) de luz, armonía y alegría.