Fotografía | Maíra Acayaba / Marco Antonio
Crear un hogar acogedor que fomentara la convivencia entre los habitantes fue el principal objetivo de la arquitecta Julliana Camargo al diseñar el departamento donde vive con su esposo y sus dos hijas en São Paulo.
Con una estructura generosa —ventanales altos, doble altura en el área social y sin vigas centrales—, el departamento permitió que la creatividad fluyera libremente, dando lugar a ambientes amplios y llenos de personalidad.
La planta original fue transformada para adaptarse a la visión arquitectónica y a la rutina de la familia. Se realizaron cambios importantes: el living fue ampliado incorporando parte del balcón, y la cuarta suite se integró para ampliar el área social, haciéndola más fluida y sin interrupciones.
La pared del antiguo pasillo fue reemplazada por tres puertas corredizas que, al abrirse, integran aún más los espacios.
En el entrepiso, también diseñado por Julliana Camargo, se creó un home theater acogedor y privado. El proyecto cuenta con tres suites: una para la pareja y dos para las hijas.
Los materiales y texturas se combinaron con libertad y precisión. La madera recorre todo el apartamento, mientras que el concreto aparece en la encimera de la cocina, el techo del entrepiso, los escalones del salón y como textura en la suite principal, reforzando el lenguaje contemporáneo del proyecto.
La escalera flotante, con peldaños empotrados en la pared, sintetiza la combinación de ligereza y solidez que define el departamento.
Hecha con madera de demolición, contrasta con una pared revestida con piedras naturales originarias de Minas Gerais. Los materiales elegidos cuentan una historia y añaden significado al espacio.
Las elecciones cromáticas revelan la personalidad de la familia. Uno de los elementos más llamativos es una pared azul que conecta las áreas sociales con los dormitorios, accesibles a través de puertas corredizas.
La paleta también explora tonos de verde, como en las butacas Silver Lake de Patricia Urquiola, la silla Shadowy de Tord Boontje y los vibrantes focos verde lima sobre la mesa del comedor.
En el salón, pufs y alfombras en tonos rosados y púrpuras aportan un aire lúdico, mientras que los tonos pastel en los dormitorios crean atmósferas suaves y acogedoras.
“El estudio de materiales y colores fue uno de los grandes destaques del proyecto. La elección del mobiliario también es especial, con una combinación de brasilidad y diseño internacional que se complementan a la perfección”, resume la arquitecta Julliana Camargo.
El mobiliario presenta una rica combinación de piezas brasileñas e internacionales que, junto a las obras de arte, aportan sofisticación e identidad al hogar.
Entre los elementos destacados se encuentran la cama y el sofá Ghost, de Gervasoni, así como piezas de diseñadores brasileños modernos y contemporáneos como Paulo Alves, Sergio Rodrigues y Zanine Caldas, que refuerzan la valoración del diseño nacional.
El proyecto de iluminación destaca la arquitectura y los materiales, con luminarias firmadas por nombres consagrados como Achille Castiglioni, Guglielmo Berchicci y Michele De Lucchi.
En el balcón, el paisajismo firmado por el Studio Julliana Camargo apuesta por la brasilidad con especies tropicales y un árbol de jabuticaba de 15 años, reforzando la continuidad entre interior y exterior.
Las obras de arte también juegan un papel fundamental en la construcción de la atmósfera afectiva del hogar.
La colcha artesanal de la suite principal —una herencia familiar— y una pintura mural de la artista Rita Wainer son ejemplos de cómo el proyecto fue ganando capas con el tiempo, incorporando piezas llenas de significado personal.
FICHA TÉCNICA
Arquitectura: Studio Julliana Camargo.
Interiores: Studio Julliana Camargo.
Proveedores: Moroso, Kvadrat, Divinos Trancoso, Marcenaria Simão, Lumini, Pedras Morumbi, Pagliotto.
Fotografía: Maíra Acayaba y Marco Antonio.