Fotografía| jeanjacquescolangelo
Los interiores concebidos por Jean Jacques Colangelo son mucho más que simples ambientes: se convierten en escenarios donde el arte, la arquitectura y la vida cotidiana se funden en un mismo lenguaje.
Cada rincón respira libertad creativa, con techos altos, vigas blanqueadas y ventanales industriales que capturan la luz en todas sus variaciones.
El resultado es un espacio que se mueve entre el taller de un artista y un refugio íntimo.
Allí, los objetos y materiales parecen contar historias, componiendo un universo que trasciende lo funcional para convertirse en una experiencia sensorial.
UN LABORATORIO DEL ALMA
La atmósfera recuerda a los grandes estudios de Le Corbusier o Ricardo Bofill: muros tapizados con bocetos, lienzos y piezas de arte que parecen pensamientos dispersos, pero dialogan en perfecta armonía.
El blanco crudo de las superficies funciona como telón de fondo, realzando texturas nobles como la madera envejecida, las telas sin tratar y las cerámicas artesanales.
Cada objeto está cargado de intención. No hay decoración superflua, sino una curaduría intuitiva que convierte a estos interiores en un verdadero laboratorio del alma, donde lo esencial no es lo que se muestra, sino lo que se siente.
LA POESÍA DE LOS MATERIALES
Los pisos de madera gastada conservan la memoria del tiempo, mientras las alfombras vintage aportan calidez y profundidad visual.
Los sofás de líneas bajas y tapizados naturales refuerzan la idea de refugio, invitando a habitar el espacio sin protocolos.
Aquí, lo imperfecto se vuelve protagonista: marcas, grietas y superficies inacabadas dialogan con piezas contemporáneas, logrando un equilibrio que convierte lo cotidiano en poesía material.
ENTRE ARTE Y ARQUITECTURA
Los interiores de Jean Jacques Colangelo no establecen fronteras entre disciplinas. Son, al mismo tiempo, un taller de artista, una galería espontánea y una casa. La vida transcurre rodeada de obras que no solo adornan, sino que acompañan.
En cada composición se percibe un gesto de libertad: mesas bajas de madera bruta, estantes cargados de libros y cerámicas, ventanales que se abren al exterior como marcos vivos. Todo parece pensado para que el arte se integre de forma natural al día a día.
UN REFUGIO QUE INSPIRA
Este universo estético trasciende la idea de interiorismo. Es un manifiesto silencioso sobre cómo habitar el espacio con autenticidad, sin seguir modas ni esquemas preestablecidos.
Al recorrer estos ambientes, se entiende que lo esencial no está en acumular objetos, sino en darles espíritu y lugar dentro de una narrativa común. En ese cruce entre disciplina y libertad, entre refugio y taller, se revela la verdadera esencia de la obra de Jean Jacques Colangelo: un espacio que inspira, conmueve y transforma.