Loving Vincent (Cartas a Van Gogh) está considerada, literalmente, como una obra de arte de la animación al usar por primera vez en la historia del cine una técnica con la que cobran movimiento más de 62.450 pinturas al óleo.
El filme fue aceptado inmediatamente por la crítica y el público. La técnica utilizada impresionó a todos por su altísimo trabajo: el esfuerzo que implica hacer cuadro por cuadro pintado al óleo le dio una nominación a los premios Oscar 2018.
Escrita y dirigida por Dorota Kobiela y Hugh Welchman, Loving Vincent más allá de ser un homenaje a las obras de Vincent van Gogh, es un relato que entre la realidad y la ficción construye la historia de un hombre que habló a través de sus cuadros.
Loving Vincent (2017) es una obra única. Técnicamente lo es hasta la fecha, una pieza cuidada segundo a segundo, cuadro a cuadro.
Kobiela y Welchman se dedicaron a crear un largometraje durante siete años. Cada cuadro es una pintura aislada a la que luego se debía inyectar movimiento recreando las sensibilidades de cada personaje.
Todos protagonistas de las obras de Van Gogh: el doctor Gachet (Jerome Flynn), Louise Chevalier (Helen McCrory), Joseph Roulin (Chris O’Dowd), Adeline Ravoux (Eleanor Tomlinson) y Marguerite Gachet (Saoirse Ronan), todos y cada uno inmejorablemente reencarnados.
VAN GOGH, UNO DE LOS MÁXIMOS REPRESENTANTES DEL POSTIMPRESIONISMO
El genial artista holandés nació un 30 de marzo de 1853 en Groot-Zundert. Pintó unos 800 cuadros, realizó más de 1600 dibujos y fue uno de los principales exponentes del postimpresionismo.
La calidad de su obra fue reconocida solo después de su muerte. Hoy es considerado uno de los grandes maestros de la historia de la pintura.
