Por | TAM – Guillermo Elgart | Fotografía | Obra Linda, Jonathan Paz
Sentir el bosque, los pájaros, ese clima de vivir entre los árboles, el sentarte bajo su sombra, escuchar las hojas rozarse en los días de viento. En ese ambiente se construyó en Casa Moro.
MATERIA
El vacío ya existía. No se encontró “la nada”. Desde un concepto físico el vacío existía, un espacio medible y observable. Ese vacío estaba delimitado por la ondulación del terreno y el conjunto de árboles existentes.
Primeramente, se dispuso un manto de hormigón ondulado, que se mimetiza con el terreno y se cubre de vegetación. Bajo este, está la mayor parte del programa. Con esta operación, la masa desaparece y no genera impacto en el vacío existente, ni en el espacio urbano.
Luego, completando el conjunto, flotando en el vacío, se ubicó una caja reflejante. Una figura que juega y multiplica lo natural.
La disposición de las dos piezas. Manto verde y caja reflejante enmarcan el vacío y permiten mantener ese juego de fugas espaciales desde la calle al pulmón verde y crean un espacio habitable, un paseo espacial con tensiones a medida que se recorre hasta llegar al acceso medio sobre el manto.
SISTEMA
Bajo el manto de hormigón se creó una planta libre y un hueco en él, inventa un patio central. Patio que se transforma en el corazón de Casa Moro, protegido de las miradas desde la calle.- Además del patio, bajo el manto se dispuso un volumen de madera ameboideo, que, estratégicamente ubicado, y por tensión con los bordes, delimita, organiza y dimensiona todas las funciones. Separa lo público de lo privado, lo servido de lo sirviente.
Sobre el manto, una terraza jardín que protege a la planta inferior y recupera la superficie utilizada y la transforma en espacio verde.
La caja flotante es casi una segunda propiedad, una vivienda mínima separada de la anterior. Una casa de invitados con un estar-comedor, dormitorio y un baño y pequeña cocina. Desde la caja se disfruta una mirada muy distinta a la de bajo el manto. Aquí se está en el aire, en las copas de los árboles.
INVESTIGACIÓN
Parafraseando a Jorge Oteiza: “La obra como desocupación activa del espacio por fusión de unidades formales livianas. Espacio es lugar, sitio ocupado o sin ocupar. Pero este sitio sin ocupar no es el vacío. El vacío se obtiene, es el resultado de una ausencia formal, el vacío se hace, es un resultado, no existe a priori”.
La volumetría existe no para sí misma. Existe para definir el vacío, crea un espacio desocupado en que desaparece la masa.
El vacío no es ausencia, sino que es lo que le da sentido a la disposición de las partes. Y, esas partes logran vaciar un/os huecos dentro del espacio natural. Una desocupación activa del espacio por medio de la fusión de unidades formales que trabajan en tensión. Los volúmenes modelan el vacío, le dan forma, lo estructuran, le dan escala y aportan a delimitar ese espacio que ya existía y estaba conformado por las señoras Lambercianas.
FICHA TÉCNICA
Proyecto: TAM – Guillermo Elgart.
Ubicación: Mar del Plata, Argentina.
Año: 2024.
Área: 220 m2.
Fotografía: Obra Linda, Jonathan Paz.