Por| Laura Martínez de Marcalain | Ingeniera Agrónoma
Sin necesidad de ocupar grandes espacios en nuestro jardín, los árboles cítricos (Limonero, Quinotero, Mandarino, Naranjo y Pomelo), resultan ideales para enmarcar ingresos de propiedades, balcones y terrazas.
Son frutales de estación fría y a pesar de ser originarios del sur de Asia (Filipinas, Indonesia y zona cercanas), se encuentran en todas las regiones del mundo. Por supuesto, también en nuestro país.
MOTIVOS DE SU ELECCIÓN
– Los árboles cítricos resultan ornamentalmente bellos.
– Presentan una elevada producción de fruta comestible.
– Resultan el complemento ideal para toda huerta.
– Son plantas que se pueden incorporar en jardines pequeños en forma enmacetada (en recipientes de muy buen tamaño).
– Su floración blanca (azahares) aporta belleza y un perfume delicioso.
– Son muy ricos en vitamina C y bajos en calorías. Excelentes cualidades para el organismo humano.
REQUERIMIENTOS PARA UN BUEN DESARROLLO, SANIDAD Y ELEVADA PRODUCCIÓN
– Elegirles una exposición soleada, favorece la dulzura del fruto y su sanidad
– Hay que tutorarlos y dejarles una buena hoya en su base libre de malezas.
– Es mejor plantarlos en primavera y a una distancia no menor de 3mts entre ellos.
– Al ser sensibles a las bajas temperaturas, conviene protegerlos de las primeras heladas en su crecimiento (tela antihelada o mover la maceta a zona bajo techo).
– El follaje de los árboles cítricos es perenne. Esto implica analizar dónde se los ubica por la sombra que proyecta su copa.
– La poda recomendada es para mejorar el ingreso del sol al centro de su copa, para eliminar ramas secas, rotas o enfermas. También para ir definiendo su altura y forma.