Por | Santiago Pradilla | Fotografía | Federico Cairoli
La Casa Tejida es una vivienda experimental asociada a una plantación de café familiar en una comunidad rural aislada en la región de Cundinamarca, Colombia.
No solo está tejida físicamente, sino que también teje el paisaje donde está implantada mediante la participación en el proyecto de sus habitantes.
La Casa Tejida tematiza la construcción social, el diseño abierto e inteligente, la arquitectura biodiversa y de bajo impacto ambiental. A su vez, intenta innovar en modelos arquitectónicos para el futuro desarrollo de las zonas rurales de Colombia.
En el mundo existen muchos paraísos, y La Vereda Fical es uno de ellos. Pertenece al municipio de Nocaima, en Cundinamarca, a una hora y media de Bogotá, la capital del país.
Se trata de una comunidad rural y dispersa que consta aproximadamente de veinte familias dispuestas a lo largo de una vereda de montaña sin asfaltar de muy difícil acceso. Cada familia dispone de diferentes recursos que comparte con el resto de la comunidad.
UNA CONSTRUCCIÓN DE MANERA CONJUNTA
Además, la Casa Tejida plantea una arquitectura que se relaciona con el entorno y contexto en el que se desarrolla. Pero no exclusivamente desde su forma física, sino desde los procesos de aprendizaje que han ocurrido a lo largo de todo el proceso.
La formación de un equipo de obra que estaba compuesto de maestros de obra especializados, con jóvenes de la comunidad, en colaboración con el equipo de diseño, estudiantes y arquitectos y los propios clientes.
Esto permitió que el proceso de seis meses de construcción y ensamblaje de la casa haya supuesto un semillero de aprendizaje y formación.
También, la Casa Tejida está ubicada en perpendicular al terreno, ya que se adapta mejor al terreno existente y evita grandes movimientos de tierras, tan habituales en la zona.
El objetivo es aprovechar la mejor orientación solar y crear en el exterior dos jardines completamente diferentes.
La casa aprende de las viviendas palafíticas de Colombia, disponiendo un módulo-cercha de madera cada 126 centímetros. Hace alusión al antiguo conocimiento de la arquitectura prehispánica en la que, de manera intercalada, unas columnas se entierran en el suelo y otras simplemente se apoyan sobre piedras.
La idea es que en los primeros años esos palos enterrados sostengan la casa, pero años después se vayan pudriendo y el peso lo empiecen a ejercer también las columnas apoyadas sobre las piedras.
LAS ETAPAS DE LA CASA TEJIDA
En una primera fase de diseño, se tomó la decisión de empezar la obra sin tener solucionada la elección de algunos de los materiales que se iban a utilizar en los acabados.
Se planteó un diseño en fases que podía ser modificado una vez empezada la obra. La intención estuvo en explorar la región en busca de soluciones constructivas no estandarizadas e inteligentes que pudiesen ser aplicadas al diseño.
La Casa Tejida ha tenido como premisa explorar e intentar innovar trabajando con soluciones prefabricadas. Pero con un grado alto de artesanado, donde los gremios de la madera y los detalles en metal se han producido como piezas de un puzle para ensamblar en obra de forma muy rápida.
La casa y su suelo de madera, ayudados por un pequeño espacio de entrada estilo japonés más bajo, convierten toda la superficie de madera del suelo en un área para sentarse.
También, se han eliminado los espacios de transición: uno está en el campo o está en la casa simultáneamente, no hay puntos medios.
Se convierte en un protector, un lugar un poco alejado del bosque y la finca natural, pero completamente en relación con la biodiversidad.
Y esta casa no solo construye menos en área, sino también en materiales, prescindiendo de elementos constructivos como divisiones interiores, aislantes y chapado interior en fachadas, suelo y cubierta.
Es que las condiciones climatológicas lo permiten, siendo una casa completamente abierta al entorno, donde algunas mañanas entran las nubes al desayunar.
FICHA TÉCNICA
Arquitectos: Santiago Pradilla.
Ubicación: Cundianamarca, Colombia.
Año proyecto: 2019.
Fotografía: Federico Cairoli.