Por | NOMO STUDIO | Fotografía | Adrià Goula
Steel House se concibe como un volumen monolítico de geometría refinada, suspendido sobre una topografía empinada. El acceso se realiza a través de un nivel intermedio, mediante una entrada en una fachada completamente ciega, lo que refuerza la percepción de masa y opacidad en contraste con la ligereza del volumen principal.
Las plataformas de concreto que conducen a Steel House replican este efecto de suspensión, estableciendo un diálogo formal con la arquitectura y acentuando la sensación de flotar sobre el terreno.
La envolvente, rigurosamente y mínimamente compuesta, obtiene su riqueza del tratamiento de tres materiales esenciales: concreto, metal y vidrio, organizados en amplias superficies interrumpidas por bandas verticales que enfatizan la proporción y la modulación del conjunto.
Los materiales se presentan en su estado más puro, sin revestimientos ni adornos, promoviendo un envejecimiento natural que acentúa el contraste entre la solidez del concreto y la ligereza del aluminio y el vidrio.
El concreto mezclado, presente tanto en el interior como en el exterior, evidencia un meticuloso trabajo de encofrado, donde ranuras precisas subrayan la repetición de segmentos y la integración de elementos constructivos—luminarias, bordes de goteo, rieles empotrados y sistemas de ocultamiento—dentro de una lógica tectónica coherente.
Un sistema de persianas de perfil vertical—tanto fijas como móviles—funciona como mecanismo de regulación de la luz y las vistas.
Estas filtran la luz solar, ofrecen privacidad y, al mismo tiempo, permiten mantener una conexión visual desde el interior. La doble piel que se forma entre el cerramiento acristalado y las persianas crea un espacio intermedio sombreado: una zona ambigua entre el interior y el exterior, incorporada a la vivienda mediante grandes puertas de vidrio corredizas.
A lo largo del día, la interacción entre la luz y los materiales genera una percepción cambiante de la envolvente, donde las variaciones cromáticas del concreto, el aluminio y el vidrio absorben y reflejan la atmósfera del paisaje circundante.
El acceso interior se resuelve a través de un vestíbulo revestido en madera, cuya calidez actúa como contrapunto a la expresividad mineral de la estructura. Una escalera metálica, delineada con una estructura mínima y ligera, conecta los distintos niveles en una secuencia vertical permeada por la luz.
La disposición del programa se organiza en torno a una espacialidad de planta abierta, donde las áreas de estar, cocina y comedor se articulan en un plano en forma de “L”. Esta configuración permite que la cocina se retire hacia el fondo sin perder continuidad visual y funcional con el resto del espacio. La conexión con el jardín se establece mediante una amplia zona de transición, que refuerza la fluidez entre interior y exterior.
La atmósfera interior está marcada por la imponente presencia de losas de concreto expuesto, elementos metálicos independientes y amplias superficies acristaladas que disuelven los límites, estableciendo una conexión directa con el paisaje. Esta combinación realza una espacialidad que oscila entre la opacidad y la transparencia, entre la solidez y la ingravidez.
FICHA TÉCNICA
Proyecto: NOMO STUDIO.
Lugar: Menorca, España.
Área: 250 m2.
Año: 2024.
Fotografia: Adrià Goula.