Fotografía | tagheuer
TAG Heuer pisa el acelerador con tres lanzamientos que fusionan precisión suiza, diseño vanguardista e historia del deporte motor.
Desde Mónaco hasta Indianápolis, la marca revive su legado como cronometrador oficial de la Fórmula 1 con ediciones limitadas que enamoran a coleccionistas y fanáticos de la velocidad. La palabra clave es clara: TAG Heuer.
DISEÑOS INSPIRADOS EN LA F1
Cada reloj cuenta una historia distinta, pero todos tienen un punto en común: el rugido de los motores.
El primero, el Monaco Chronograph Stopwatch, homenajea a los cronómetros vintage usados en los años 60 y 70. Su caja de titanio recubierta en negro y la clásica correa de cuero perforado remiten a los guantes de los pilotos. Detalles que hablan de estilo, pero también de rendimiento.
El segundo modelo, Monaco Chronograph x Gulf, revive una colaboración legendaria.
Las franjas azul y naranja en la esfera no solo son un guiño a la histórica petrolera: son un viaje directo a Le Mans 1971, cuando Steve McQueen inmortalizó el diseño.
Una edición limitada que mezcla nostalgia, precisión y cultura pop en partes iguales.
El más innovador de los tres es el Monaco Split-Seconds Chronograph, una pieza ultra liviana fabricada con TH-Titanium, una aleación exclusiva desarrollada por la casa.
Solo pesa 30 gramos y lleva en su interior un calibre de cronógrafo de fracción de segundo que opera a 36.000 alternancias por hora. Diseño, ingeniería y exclusividad en su máxima expresión.
UN PODIO DE EDICIONES LIMITADAS
TAG Heuer no lanza estos modelos al azar. Lo hace coincidiendo con dos de las fechas más icónicas del calendario automovilístico: el Gran Premio de Mónaco y las 500 Millas de Indianápolis.
Así refuerza su posición como referente absoluto en el universo de la relojería deportiva, combinando herencia, innovación y pasión por la velocidad.