Fotografía | tillynorwood
El debate sobre el futuro del entretenimiento tiene un nuevo nombre propio: Tilly Norwood.
Esta actriz generada con inteligencia artificial irrumpió en la conversación pública luego de que sus creadores confirmaran que estaba en negociaciones con agencias de talentos.
Lejos de ser celebrada, su aparición encendió alarmas en Hollywood, donde actores y sindicatos ya marcaron su rechazo.
UN PERSONAJE QUE PARECE REAL
A simple vista, Tilly Norwood podría confundirse con una joven aspirante a actriz: sonríe en selfies, posa en exteriores y comparte fragmentos de sketches en sus redes sociales. Sin embargo, detrás de su apariencia humana no hay carne ni hueso, sino un entramado de algoritmos.
Su carta de presentación fue un corto cómico titulado AI Commissioner, creado en 2025 con herramientas de inteligencia artificial.
La mente responsable de Tilly es Eline Van der Velden, actriz y comediante neerlandesa que fundó el estudio Xicoia, especializado en generar personalidades ficticias impulsadas por IA.
Van der Velden no es nueva en la intersección entre tecnología y entretenimiento: ya había liderado Particle6, una productora que trabajó con la BBC, Hearst y Sky Kids en proyectos apoyados en sistemas automatizados.
Con Tilly, Van der Velden busca explorar hasta dónde puede llegar la fusión entre creatividad digital y narrativa audiovisual.
HOLLYWOOD EN ALERTA
Lejos de recibirla con entusiasmo, el poderoso sindicato de actores de Hollywood condenó públicamente la aparición de Tilly Norwood.
Figuras como Emily Blunt, Natasha Lyonne y Whoopi Goldberg se sumaron al rechazo, advirtiendo sobre los riesgos de reemplazar el talento humano por avatares generados por máquinas.
El temor es claro: que productoras y estudios encuentren en la IA un camino más barato y predecible para crear protagonistas, debilitando así las oportunidades para los actores reales.
EL FUTURO DEL ENTRETENIMIENTO
La controversia abre un interrogante mayor: ¿qué pasará con la industria audiovisual en los próximos años?
Mientras algunos ejecutivos ya mostraron interés en sumar a Norwood a sus portafolios, otros alertan sobre la necesidad de establecer límites y regulaciones claras.
La irrupción de la IA en el cine y la televisión marca un punto de inflexión que recuerda a la llegada de los efectos digitales en los 90, pero con una diferencia crucial: ahora lo que está en juego no son solo escenarios o criaturas fantásticas, sino la propia figura del actor.