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La arquitectura social de Alejandro Aravena

Alejandro Aravena portada

Por |Itziar Narrof | Fuente | Revista AD España
El chileno Alejandro Aravena quiere cambiar el mundo desde su estudio de arquitectura. Sus viviendas sociales conviven con grandes proyectos en el currículum de este premio ‘Pritzker’.

El chileno Alejandro Aravena ganó el premio Pritzker en 2016 y tiene entre manos el megacentro cultural Art Mill en Doha (apertura 2022), mientras finiquita una exposición en Dinamarca y presenta la monografía Elemental, el nombre de su estudio, con Phaidon. El arquitecto proyecta viviendas sociales desde su estudio de menos de 20 personas en Santiago, y cree que su profesión puede cambiar el mundo.

“Una ciudad, más que una acumulación de edificios, es una concentración de oportunidades: de trabajo, de educación… Por eso la gente se muda a ellas. El problema es cuando no somos capaces de responder rápido y esas personas migran para vivir en pésimas condiciones. Estoy convencido de que si identificáramos estratégicamente proyectos de espacio público, la ciudad sería un atajo hacia la equidad”, nos cuenta. Quizá por eso una de las claves de su trayectoria son las viviendas extensibles, casas a medio construir que dejan espacio para poder ser completadas cuando las familias tengan más recursos.

“Si no hay tiempo ni dinero para acabarlo todo, hagamos ahora lo que va a garantizar el bien común”, explica el arquitecto. Aravena estudió en Chile y después en Venecia y basa su práctica en la pertinencia, la integridad y la síntesis. “A mayor complejidad, mayor necesidad de dar respuestas simples, que no simplonas, que permitan no quedarse en el papel”, dice. Su trabajo se mueve en el difícil equilibrio entre estética y funcionalidad.

“Ni la falsa modestia de pensar que somos un mero servicio público, ni la arrogancia de ver los encargos como coartadas de una agenda creativa personal. La arquitectura debe poder resistir una mirada profunda y una interrogación como objeto cultural que refleja un momento de la historia, pero también replegarse a la periferia para ser el lugar donde ocurren nuestras vidas”.